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Género
Cardiocondyla
©Kiko Gómez & Xavier Espadaler |
Especies pequeñas (<3mm.) y muy poco conspicuas, ya que sus nidos son aperturas de 1-2 mm de diámetro sin ningún tipo de materia acumulada a su alrededor. Se diferencian por la gran anchura en vista dorsal del pospeciolo respecto del peciolo. En vista lateral, tienen el peciolo pedunculado, con el pedúnculo estrecho y el nodo muy desarrollado. El clípeo con el margen anterior proyectado hacia adelante por encima del borde basal de las mandíbulas. No presentan pilosidad erecta ni en cuerpo ni en apéndices. Los machos presentan formas ergatoides (similares a la obrera pero con las mandíbulas falcadas) y machos alados. La reciente revisión de Seifert (2003) ha establecido que las especies presentes en la Península ibérica son cuatro: C. batesii Forel, 1894, C. elegans Emery, 1869, C. mauritanica Forel, 1890 y C. nigra Forel, 1905. Resaltar que C. mauritanica es una especie en expansión el la Península Ibérica, ya que acompaña a la hormiga argentina en su invasión, viviendo en lugares húmedos y calurosos, como son los parques y jardines regados de la zona Mediterránea (Gómez&Espadaler, 2006). Se ha citado, además, a C. mauritanica morph B, como una forma aberrante de C. mauritanica. En espera de clarificar su verdadero estatus. En la actualidad se conocen más de 50 especies distribuidas por todo el mundo. Se encuentran en numerosos hábitats, desde selvas tropicales a sabanas. A veces se asocian al hombre y son comunes en las ciudades. En la Península Ibérica se dan principalmente por debajo de una linea que una Girona con Madrid y Lisboa, es decir, prefieren clíma mediterráneo y caluroso, evitando la zona Norte. En cuanto a su origen se pueden agrupar en especies Ibero-Norteafricanas (batesii, nigra), Mediterráneas ausentes del norte de África (elegans) y Mediterráneas (mauritanica), si bien esta última se está expandiendo por diversas zonas de clima Mediterráneo a nivel mundial y particularmente en la Península Ibérica, ya que acompaña a la hormiga argentina en su invasión, viviendo en lugares húmedos y calurosos, como son los parques y jardines regados de la zona Mediterránea (Gómez&Espadaler, 2006). Generalmente carroñeras. Las exploradoras suelen verse forrajeando sobre el suelo en los días húmedos, especialmente después de llover. A veces se las ve forrajenado en árboles o arbustos, aunque no es común. Anidan en el suelo en nidos con entradas minúsculas. Son de movimientos lentos y pequeño tamaño, por lo que no suelen ser recolectadas a menudo. Muchas especies de este género son plagas en los países tropicales de todo el mundo. Los machos de este género son extraños, al ser dimórficos en muchas especies. Una forma es alada y la otra no es alada y tiene aspecto general de obrera. Cada una de estas formas exhibe diferentes estrategias de apareamiento. Lo alados se aparean fuera del nido, mientras que los machos ergatoides permanecen en el nido y compiten agresivamente con sus mandíbulas para monopolizar a las hembras vírgenes que eclosionan en el nido (Stuart et al 1987, Heinze et al 1990). Esta estrategia sería adaptativa sólo si el macho tuviese una fuente de esperma ilimitada, contrariamente a la mayoría de los machos de Hymenoptera, donde la espermatogénesis ceja durante la fase pupal. Sin embargo, estos machos ergatoides sí generan esperma durante su vida adulta, contrariamente a los alados de esta misma especie. En el caso de wroughtonii (Kinomura & Yamauchi 1987), minutior (Heinze et al 2004) y otras (Heinze&Hölldobler 1993) los machos ergatoides están dotados de mandíbulas en forma de sable y combaten hasta que sólo queda uno. En el caso de obscurior se ha demostrado una curiosa estrategia. Los machos alados escapan de sus hermanos ergatoides mediante un camuflaje químico, haciéndose pasar por hembras. Curiosamente, estas formas ergatoides llevaron a error durante muchos años a los mirmecólogos. C. (=Xenometra) gallica y C. (=X.) monilicornis fueron consideradas durante mucho tiempo como parásitos sin obreras de Cardiocondyla. Se ha demostrado que ambas especies son los machos ergatoides de elegans y emeryi respectivamente (Baroni 1973). En la actualidad sólo se sospecha que C. zoserka, de Nigeria, podría ser un parásito sin obreras de schuckardi La población de los nidos no es numerosa (entre 50 y 70 obreras por nido para paradoxa y thoracica en Nueva Guinea). Estas hormigas no son grandes ni poseen una casta guerrera, lo que unido al pequeño tamaño de sus colonias hace que no hallan desarrollado un método de reclutamiento masivo hacia la comida. Cuando una forrajeadora detecta una fuente de alimento, recluta cada vez a una obrera por el método de tándem. Esta pequeña concentración de obreras en los cebos dificulta su detección por otras especies más agresivas. El género ha sido revisado recientemente por Seifert (2003) para la mayoría de los grupos de especies, aportando 20 nuevas especies para un total de 48, y es la base para la identificación de todas las especies citadas hasta el momento para la Península Ibérica. Existen otras revisiones anteriores que pueden tener cierto interés de consulta, si bien ya están desfasadas, como la revisión de los machos de Bernard (1956); las de Bolton (1982) y Rigato (2002) sobre las especies Afrotropicales (existen claves actualizadas para el género en la región en Ants of West Africa), o la de Radchenko (1996) para la paleárticas. La revisión de Emery de 1909 está desfasada, pero sigue siendo recomendable su lectura. Baroni Urbani, C. (1973). Die Gattung Xenometra, ein objektives Synonym (Hymenoptera, Formicidae). Mitteilungen der Schweizerischen Entomologischen Gessellschaft, 46: 199-201 Bernard, F. (1956). Révision des Fourmis paléartiques du genre Cardiocondyla, Emery. Bulletin de la Société d' Histoire naturelle de l' Afrique du Nord, 47 (7-8): 299-306 Bolton, B. (1982). Afrotropical species of the myrmicine ant genera Cardiocondyla, Leptothorax, Melissotarsus, Messor and Cataulacus. Bulletin of the British Museum (Natural History) Entomology, 45 (4): 307-370 Emery, C. (1909). Beiträge zur Monographie der Formiciden des paläarktischen Faunengebietes. (Hym.) Teil VI. Cardiocondyla, Solenopsis, Oligomyrmex. Deutsche Entomologische Zeitschrift, 1909: 19-37 Gómez, K.; Espadaler, X. (2006). Exotic ants (Hymenoptera: Formicidae) in the Balearic Islands. Myrmecologische Nachrichten, 8: 225-233 Heinze, J.; Hölldobler, B. (1993). Fighting for a harem of queens: physiology of reproduction in Cardiocondyla male ants. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 90: 8412-8414 Heinze, J.; Hölldobler, B.; Yamauchi, K. (1998). Male competition in Cardiocondyla ants. Behavioral Ecology and Sociobiology, 42: 239-246 Heinze, J.; Böttcher, A.; Cremer, S. (2004). Production of winged and wingless males in the ant, Cardiocondyla minutior. Insectes Sociaux, 52: 275-278 Kinomura, K.; Yamauchi, K. (1987). Fighting and mating behaviors of dimorphic males in the ant Cardiocondyla wroughtoni. Journal of Ethology, 5: 75-81 Radchenko, A. G. (1996). Palaearctic ants of the genus Cardiocondyla Emery. Entomological Review (Washington), 75(7): 99-109 Rigato, F. (2002). Three new Afrotropical Cardiocondyla Emery, with a revised key to the workers (Hymenoptera Formicidae). Bollettino della Societa Entomologica Italiana, 134 (2): 167-173 Seifert, B. (2003). The ant genus Cardiocondyla (Insecta: Hymenoptera: Formicidae) - a taxonomic revision of the C. elegans, C. bulgarica. C. batesii, C. nuda, C. shuckardi, C. stambuloffii, C. wroughtonii, C. emeryi, and C. minutior species groups. Ann. Naturhist. Mus. Wien, 104B: 203-338 Stuart, R.J.; Francoeur, A.; Loiselle, R. (1987). Fighting males in the ant genus Cardiocondyla. J. Eder and H.Rembold eds., Chemistry and biology of social insects: 551-552
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